La Biblia en un año
Abril 2
Levítico 3, Salmos 18, Colosenses 4
Levítico 3
Ofrendas de paz
1 ”Cuando alguien presente ante el Señor un sacrificio de paz de su ganado vacuno, debe ofrecer un macho o una hembra sin defecto. 2 Pondrá la mano sobre la cabeza del animal ofrendado, y lo degollará a la entrada del tabernáculo de reunión, y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 3 Luego el que ofrece el sacrificio de paz presentará como ofrenda encendida al Señor la grasa que recubre los intestinos, toda la grasa que está sobre las entrañas, 4 los dos riñones, la grasa que recubre los riñones y los ijares, y junto con los riñones quitará la grasa de los intestinos que está sobre el hígado. 5 Los hijos de Aarón quemarán esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña encendida. Se trata de una ofrenda de olor grato para el Señor.
6 ”Si su sacrificio de paz al Señor es de ovejas, debe ofrecer un macho o una hembra sin defecto. 7 Si su ofrenda es un cordero, lo ofrecerá delante del Señor 8 poniendo la mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del tabernáculo de reunión, y los hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 9 Del sacrificio de paz ofrecerá al Señor, como ofrenda encendida, la grasa, la cola entera con todo el espinazo, y toda la grasa que recubre todos los intestinos y las entrañas, 10 los dos riñones y la grasa que los recubre, y la grasa que está sobre los ijares, junto con los riñones, y quitará la grasa del hígado. 11 Luego el sacerdote quemará esto sobre el altar. Se trata de una vianda, de una ofrenda encendida en honor del Señor.
12 ”Si la ofrenda es una cabra, la ofrecerá ante el Señor 13 poniendo la mano sobre la cabeza de la cabra, y la degollará delante del tabernáculo de reunión. Los hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 14 De la cabra presentará al Señor, como ofrenda encendida, toda la grasa que recubre los intestinos y las entrañas, 15 los dos riñones y la grasa que recubre a éstos y a los ijares, y junto con los riñones quitará la grasa que recubre el hígado, 16 y el sacerdote quemará esto sobre el altar. Se trata de una vianda que se quema como ofrenda en olor grato para el Señor. Toda la grasa le pertenece al Señor.
17 ”Éste será un estatuto perpetuo para ustedes y para sus descendientes, dondequiera que ustedes habiten. No comerán ninguna grasa ni ninguna sangre.”»
Salmos 18
Acción de gracias por la victoria
Al músico principal. Salmo de David, siervo del Señor. David dedicó este cántico al Señor cuando el Señor lo libró de Saúl y de todos sus enemigos. Éstas son sus palabras:
1 Mi Señor, mi fortaleza,
¡yo te amo!
2 Mi Señor y Dios,
tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador!
Tú eres mi fuerza y mi escudo,
mi poderosa salvación, mi alto refugio.
¡En ti confío!
3 Yo te invoco, Señor,
porque sólo tú eres digno de alabanza;
¡tú me salvas de mis adversarios!
4 Los lazos de la muerte me rodearon;
¡me arrolló un torrente de perversidad!
5 Los lazos del sepulcro me rodearon;
¡me vi ante las trampas de la muerte!
6 Pero en mi angustia, Señor, a ti clamé;
a ti, mi Dios, pedí ayuda,
y desde tu templo me escuchaste;
¡mis gemidos llegaron a tus oídos!
7 La tierra tembló y se estremeció;
las montañas se cimbraron hasta sus cimientos;
¡se sacudieron por la indignación del Señor!
8 Humo salía de su nariz,
y por su boca brotaba fuego encendido;
¡su furor inflamaba los carbones!
9 El Señor inclinó el cielo, y descendió;
bajo sus pies había una densa oscuridad.
10 Montó sobre un querubín, y voló;
¡voló sobre las alas del viento!
11 Se envolvió en un manto de sombras;
se ocultó entre grises nubes, cargadas de agua.
12 De su deslumbrante presencia salieron
ascuas y granizos que cruzaron las nubes.
13 El Señor lanzó un poderoso trueno;
el Altísimo dejó escuchar su voz
en medio de ascuas y granizos.
14 Lanzó sus flechas, y los dispersó;
¡lanzó relámpagos, y acabó con ellos!
15 El Señor dejó oír su reprensión,
¡y a la vista quedó el fondo de las aguas!
De su nariz salió un intenso soplo,
¡y a la vista quedaron los cimientos del mundo!
16 Desde lo alto el Señor me tendió la mano
y me rescató de las aguas tumultuosas,
17 ¡me libró de los poderosos enemigos
que me odiaban y eran más fuertes que yo!
18 Me atacaron en el día de mi desgracia,
pero el Señor me dio su apoyo:
19 me llevó a un terreno espacioso,
y me salvó, porque se agradó de mí.
20 El Señor me premió porque soy justo;
¡porque mis manos están limpias de culpa!
21 Yo he seguido los caminos del Señor,
y ningún mal he cometido contra mi Dios.
22 Tengo presentes todos sus decretos,
y no me he apartado de sus estatutos.
23 Con él me he conducido rectamente,
y me he alejado de la maldad;
24 él ha visto la limpieza de mis manos,
y por eso ha recompensado mi justicia.
25 Señor, tú eres fiel con el que es fiel,
e intachable con el que es intachable.
26 Juegas limpio con quien juega limpio,
pero al tramposo le ganas en astucia.
27 Tú salvas a los humildes,
pero humillas a los soberbios.
28 Señor, mi Dios,
tú mantienes mi lámpara encendida;
¡tú eres la luz de mis tinieblas!
29 ¡Con tu ayuda, mi Dios,
puedo vencer ejércitos y derribar murallas!
30 El camino de Dios es perfecto;
la palabra del Señor, acrisolada;
Dios es el escudo de los que en él confían.
31 ¡Aparte del Señor, no hay otro Dios!
¡Aparte de nuestro Dios, no hay otra Roca!
32 Dios es quien me infunde fuerzas;
Dios es quien endereza mi camino;
33 Dios es quien me aligera los pies
y me hace correr como un venado;
Dios es quien me afirma en las alturas;
34 Dios adiestra mis manos para el combate,
y me da fuerzas para tensar el arco de bronce.
35 Tú me diste el escudo de tu salvación,
me sostuviste con tu mano derecha,
y con tu bondad me engrandeciste.
36 Me pusiste sobre un terreno espacioso,
para que mis pies no resbalaran,
37 y así pude perseguir y alcanzar a mis adversarios;
¡no volví hasta haberlos exterminado!
38 Los herí, y ya no se levantaron;
¡quedaron tendidos debajo de mis pies!
39 Tú me infundiste fuerzas para la batalla,
para vencer y humillar a mis adversarios.
40 Tú los hiciste ponerse en retirada,
y así acabé con los que me odiaban.
41 Clamaron a ti, Señor, pero no los atendiste;
¡no hubo nadie que los ayudara!
42 Los hice polvo, y los arrastró el viento;
¡los pisoteé como al lodo en las calles!
43 Tú me libraste de un pueblo rebelde,
Y me pusiste al frente de las naciones.
Gente que yo no conocía, viene a servirme;
44 gente extraña me rinde homenaje;
¡apenas me escuchan, me obedecen!
45 ¡Gente de otros pueblos se llena de miedo,
y sale temblando de sus escondites!
46 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi roca!
¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!
47 Es el Dios que vindica mis agravios
y somete a las naciones bajo mis pies.
48 Es el Dios que me libra de mis adversarios,
que me eleva por encima de mis oponentes,
¡que me pone a salvo de los violentos!
49 Por eso alabo al Señor entre los pueblos,
y canto salmos a su nombre.
50 El Señor da la victoria al rey;
siempre es misericordioso con su ungido,
con David y con sus descendientes.
Colosenses 4
1 Ustedes los amos, sean rectos y justos con sus siervos, pues ya saben que tienen un Amo en los cielos.
2 Dedíquense a la oración, y sean constantes en sus acciones de gracias. 3 Oren también por nosotros, para que el Señor nos abra las puertas y prediquemos la palabra, para que demos a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso. 4 Oren para que pueda proclamarlo como debo hacerlo.
5 Compórtense sabiamente con los no creyentes, y aprovechen bien el tiempo. 6 Procuren que su conversación siempre sea agradable y de buen gusto, para que den a cada uno la respuesta debida.
Salutaciones finales
7 Nuestro querido hermano Tíquico, fiel ministro y consiervo en el Señor, les llevará noticias mías. 8 Lo envío a ustedes para que les cuente cómo estamos y reanime su corazón. 9 Lo acompaña Onésimo, querido y fiel hermano, que es uno de ustedes. Ellos les contarán todo lo que sucede aquí.
10 Los saluda Aristarco, mi compañero de prisión, lo mismo que Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual ya han recibido instrucciones. Si Marcos va a visitarlos, recíbanlo bien. 11 También los saluda Jesús, llamado el Justo. Éstos son los únicos judíos que me ayudan en el reino de Dios, y para mí han sido un gran consuelo. 12 Los saluda Epafras, que es uno de ustedes. En sus oraciones, este siervo de Cristo siempre está rogando por ustedes con gran preocupación, para que ustedes se mantengan firmes y sean completamente perfectos en todo lo que Dios quiere. 13 Yo soy testigo de que él se preocupa mucho por ustedes, y por los que están en Laodicea y Hierápolis. 14 Los saluda Lucas, el médico amado, y Demas. 15 Saluden a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa. 16 Una vez que esta carta haya sido leída entre ustedes, asegúrense de que se lea también en la iglesia de los laodicenses, y que la carta de Laodicea la lean también ustedes. 17 Díganle a Arquipo que no deje de cumplir con el ministerio que recibió del Señor.
18 Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que la gracia sea con ustedes. Amén.
Vers 4