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Abril 7

Levítico 8, Salmos 23, 1 Tesalonicenses 5

AudioCCF Bogotá Norte
00:00 / 10:41

Levítico 8

Consagración de Aarón y de sus hijos

1 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

2 «Toma a Aarón y a sus hijos, junto con las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura, 3 y reúne a toda la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión.»

4 Moisés hizo lo que el Señor le mandó, y se reunió la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. 5 Allí le dijo a la congregación:

«Esto es lo que el Señor ha ordenado hacer.»

6 Entonces Moisés hizo que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua; 7 luego le puso a Aarón la túnica, le ciñó el cinto, lo cubrió con el manto, le puso el efod, y le ajustó el cinto del efod. 8 Luego le puso encima el pectoral, y dentro de éste puso el Urim y el Tumim. 9 Después le puso la mitra sobre la cabeza, y sobre la mitra, por el frente, colocó la placa de oro, la diadema santa, tal y como el Señor se lo había ordenado.

10 Moisés tomó entonces el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todo lo que en él había, y lo santificó. 11 Siete veces roció el aceite sobre el altar, y ungió el altar y todos sus utensilios, lo mismo que la fuente y su base, para santificarlos. 12 Luego derramó algo del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13 Después hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y les puso las túnicas, les ciñó los cintos y les ajustó las tiaras, tal y como el Señor se lo había ordenado.

14 Luego Moisés mandó traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de ese becerro 15 y Moisés lo degolló; luego tomó la sangre y con su dedo la untó sobre los cuernos del altar y alrededor del altar, y así lo purificó. El resto de la sangre la echó al pie del altar, y santificó el altar para realizar allí la reconciliación. 16 Después Moisés tomó toda la grasa que recubría los intestinos, la grasa del hígado, y los dos riñones con su grasa, y todo esto lo quemó sobre el altar. 17 El becerro y su piel, y su carne y estiércol, Moisés los quemó fuera del campamento, tal y como el Señor se lo había ordenado.

18 Después Moisés mandó traer el carnero del holocausto. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, 19 y Moisés lo degolló y roció la sangre sobre el altar y alrededor de éste, 20 y cortó el carnero en trozos, después de lo cual quemó la cabeza, los trozos, y la grasa; 21 luego enjuagó los intestinos y las piernas, y quemó todo el carnero sobre el altar como holocausto de olor grato para el Señor, como ofrenda encendida, tal y como el Señor se lo había ordenado.

22 Después Moisés mandó traer el otro carnero, el de las consagraciones. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, 23 y Moisés lo degolló; tomó luego un poco de la sangre y la untó sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo gordo de su pie derecho. 24 Luego Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y untó un poco de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los dedos gordos de sus pies derechos, y finalmente roció la sangre sobre el altar y alrededor de éste.

25 Después Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que recubría los intestinos, la grasa del hígado, los dos riñones con su grasa, y la espaldilla derecha. 26 Del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante del Señor, tomó una torta sin levadura, una torta de pan con aceite y una hojaldra, y las puso junto con la grasa y la espaldilla derecha. 27 Todo esto lo puso en las manos de Aarón y de sus hijos, y mandó que se presentara como ofrenda mecida delante del Señor. 28 Después Moisés tomó todo eso de las manos de ellos, y lo quemó en el altar, sobre el holocausto como consagración en olor grato para el Señor, como ofrenda encendida. 29 Entonces Moisés tomó el pecho y lo presentó como ofrenda mecida delante del Señor. Del carnero de las consagraciones, ésa fue la porción asignada a Moisés, tal y como el Señor se lo había ordenado.

30 Después Moisés tomó algo del aceite de la unción y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus vestiduras, y sobre sus hijos y las vestiduras de ellos, y santificó a Aarón y sus vestiduras, lo mismo que a sus hijos y a las vestiduras de ellos, 31 y les dijo Moisés a Aarón y a sus hijos:

«Hiervan la carne a la entrada del tabernáculo de reunión, y cómanla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, tal y como yo lo ordené cuando dije que Aarón y sus hijos lo comieran. 32 Lo que sobre de la carne y del pan lo quemarán. 33 Durante siete días no saldrán del tabernáculo de reunión, hasta que se cumplan los días de sus consagraciones, porque serán consagrados durante siete días. 34 El Señor ordenó que se hiciera expiación por ustedes tal y como hoy se ha hecho. 35 Así que ustedes permanecerán día y noche, durante siete días, a la entrada del tabernáculo de reunión, y cumplirán con esta ordenanza delante del Señor, para que no mueran. Esto es lo que se me ha ordenado.»

36 Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que por medio de Moisés el Señor ordenó que se hiciera.

Salmos 23

El Señor es mi pastor

Salmo de David.
1 El Señor es mi pastor; nada me falta.
2 En campos de verdes pastos me hace descansar;
me lleva a arroyos de aguas tranquilas.
3 Me infunde nuevas fuerzas
y me guía por el camino correcto,
para hacer honor a su nombre.

4 Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío,
no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo;
con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.
5 Me preparas un banquete
a la vista de mis adversarios;
derramas perfume sobre mi cabeza
y me colmas de bendiciones.
6 Sé que tu bondad y tu misericordia
me acompañarán todos los días de mi vida,
y que en tu casa, oh Señor, viviré por largos días.

Tesalonicenses 5

1En cuanto a los tiempos y las ocasiones, no hace falta, hermanos míos, que yo les escriba. 2 Ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como ladrón en la noche; 3 De repente, cuando la gente diga: «Paz y seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores, y no escaparán. 4 Pero ustedes, hermanos, no viven en tinieblas, como para que ese día los sorprenda como un ladrón, 5 sino que todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de la oscuridad, 6 así que no durmamos como los demás, sino mantengámonos atentos y sobrios. 7 Los que duermen, de noche duermen; los que se embriagan, de noche se embriagan; 8 pero nosotros, los que somos del día, debemos ser sobrios, ya que nos hemos revestido de la coraza de la fe y del amor, y tenemos como casco la esperanza de la salvación. 9 Dios no nos ha puesto para sufrir el castigo, sino para alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos unidos a él. 11 Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen.

Pablo exhorta a los hermanos

12 Hermanos, les rogamos que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, y que los instruyen y dirigen en el Señor. 13 Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa de su obra. Y ustedes, vivan en paz. 14 También les rogamos, hermanos, que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos. 15 Tengan cuidado de que nadie pague a otro mal por mal; más bien, procuren siempre hacer el bien, tanto entre ustedes como con los demás. 16 Estén siempre gozosos. 17 Oren sin cesar. 18 Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. 19 No apaguen el Espíritu. 20 No menosprecien las profecías. 21 Examínenlo todo; retengan lo bueno. 22 Absténganse de toda especie de mal.

23 Que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que guarde irreprensible todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Aquel que los llama es fiel, y cumplirá todo esto.

Salutaciones y bendición final

25 Hermanos, oren por nosotros.

26 Saluden a todos los hermanos con un beso santo.

27 Les encargo en el nombre del Señor que esta carta sea leída a todos los santos hermanos.

28 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes. Amén.

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