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Marzo31

Levítico 1, Salmos 16, Colosenses 2

AudioCCF Bogotá Norte
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Levítico 1

Los holocaustos

El Señor llamó a Moisés desde el tabernáculo de reunión, y habló con él. Le dijo:

2 «Habla con los hijos de Israel y diles:

“Cuando alguno de ustedes presente una ofrenda al Señor, la presentará de su ganado vacuno u ovejuno.

3 ”Si su ofrenda es un holocausto vacuno, ofrecerá de manera voluntaria un macho sin defecto. Lo ofrecerá delante del Señor, a la entrada del tabernáculo de reunión. 4 Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para expiación suya. 5 Entonces degollará el becerro en presencia del Señor, y la rociarán alrededor y sobre el altar que está a la entrada del tabernáculo de reunión. 6 Luego desollará el holocausto y lo cortará en pedazos. 7 Entonces los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar, y compondrán la leña sobre el fuego. 8 Luego los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán las piezas, la cabeza y la grasa de los intestinos, sobre la leña que estará sobre el fuego, encima del altar, 9 y enjuagarán los intestinos y las piernas, y el sacerdote quemará todo esto sobre el altar. Se trata de un holocausto. Es una ofrenda encendida de olor grato para el Señor.

10 ”Si su ofrenda para el holocausto la toma del rebaño de las ovejas o de las cabras, deberá ofrecer un macho sin ningún defecto, 11 y degollarlo delante del Señor, al lado norte del altar. Los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar y alrededor de éste. 12 Lo cortarán en trozos, junto con la cabeza y la grasa de los intestinos, y el sacerdote acomodará todo ello sobre la leña que arde sobre el altar; 13 enjuagará las entrañas y las piernas, y el sacerdote lo ofrecerá todo y lo dejará arder sobre el altar. Se trata de un holocausto, de una ofrenda encendida de olor grato para el Señor.

14 ”Si la ofrenda para el Señor es un holocausto de aves, su ofrenda será de tórtolas o de palominos. 15 El sacerdote la ofrecerá sobre el altar, y le quitará la cabeza y hará que arda en el altar, y exprimirá su sangre sobre la pared del altar. 16 Le quitará el buche y las plumas, las cuales echará hacia el oriente, junto al altar, en el lugar de las cenizas. 17 Partirá el ave por las alas, pero no en dos, y la dejará que se queme sobre el altar, sobre la leña que estará en el fuego. Es un holocausto. Es una ofrenda encendida de olor grato para el Señor.

Salmos 16

Una herencia escogida
Mictam de David.

1 Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.
2 Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño;
que sin ti no tengo ningún bien.
3 Poderosos son los dioses del país,
según todos los que en ellos se complacen.
4 ¡Pero grandes dolores esperan a sus seguidores!
¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres!

5 Tú, Señor, eres mi copa y mi herencia;
tú eres quien me sostiene.
6 Por suerte recibí una bella herencia;
hermosa es la heredad que me asignaste.
7 Por eso te bendigo, Señor,
pues siempre me aconsejas,
y aun de noche me reprendes.
8 Todo el tiempo pienso en ti, Señor;
contigo a mi derecha, jamás caeré.
9 Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma;
todo mi ser siente una gran confianza,
10 porque no me abandonarás en el sepulcro,
¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.
11 Tú me enseñas el camino de la vida;
con tu presencia me llenas de alegría;
¡estando a tu lado seré siempre dichoso!

Colosenses 2

2 Quiero que sepan que es grande la lucha que sostengo por ustedes y por los que están en Laodicea, lo mismo que por todos los que nunca me han visto personalmente, 2 para que su corazón se anime y para que permanezcan unidos en amor, hasta que alcancen todas las riquezas que provienen de la convicción y el entendimiento, para que conozcan el misterio de Dios el Padre y de Cristo, 3 en quien se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 Les digo esto para que nadie los engañe con palabras persuasivas, 5 porque aunque físicamente estoy lejos de ustedes, en el espíritu estoy entre ustedes, y me alegra ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo.

6 Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: 7 arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados.

Plenitud de vida en Cristo
8 Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y en él, que es la cabeza de toda autoridad y poder, ustedes reciben esa plenitud. 11 En él ustedes fueron también circuncidados. Pero no me refiero a la circuncisión física, sino a la circuncisión que nos hace Cristo, y que consiste en despojarnos de la naturaleza pecaminosa. 12 Cuando ustedes fueron bautizados, fueron también sepultados con él, pero al mismo tiempo resucitaron con él, por la fe en el poder de Dios, que lo levantó de los muertos. 13 Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. 14 Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. 15 Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz.

16 No permitan, pues, que nadie los juzgue por lo que comen o beben, o en relación con los días de fiesta, la luna nueva o los días de reposo. 17 Todo esto no es más que una sombra de lo que está por venir; pero lo real y verdadero es Cristo. 18 No permitan que los condenen esos que se ufanan de humildad pero rinden culto a los ángeles. Los tales se meten en cosas que no han visto y están envanecidos por su razonamiento humano; 19 no están unidos a la Cabeza, que es quien nutre y une a todo el cuerpo mediante las coyunturas y ligamentos, y lo hace crecer con el crecimiento que da Dios.

20 Si con Cristo ustedes han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si vivieran en el mundo, se someten a sus preceptos? 21 Les dicen: «No tomes eso en tus manos, no pruebes aquello, y ni siquiera lo toques.» 22 Esos preceptos se ciñen a mandamientos y doctrinas humanas, y todas ellas son cosas que se destruyen con el uso. 23 Sin duda, tales cosas pueden parecer sabias en cuanto a la religiosidad sumisa y el duro trato del cuerpo, pero no tienen ningún valor contra los apetitos humanos.

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