La Biblia en un año
Mayo 5
Números 9, Salmos 51, Hebreos 11
Números 9
Celebración de la pascua
1 El Señor habló con Moisés en el desierto de Sinaí. Era el mes primero del segundo año de su salida de Egipto. Le dijo:
2 «Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su debido tiempo. 3 Y ese debido tiempo es el día catorce de este mes, entre la tarde y la noche. La celebrarán siguiendo todos sus ritos y todas sus leyes.»
4 Moisés habló entonces con los hijos de Israel para que celebraran la pascua, 5 y así hicieron los hijos de Israel: la celebraron en el desierto de Sinaí el día catorce del mes primero, entre la tarde y la noche, siguiendo todo que el Señor le había ordenado a Moisés. 6 Pero algunos de ellos estaban impuros por haber tocado un cadáver, así que no pudieron celebrar la pascua ese día. Se presentaron entonces ese mismo día ante Moisés y Aarón, 7 y les dijeron:
«Nosotros estamos impuros porque tocamos un cadáver. ¿Se nos impedirá por eso presentar nuestra ofrenda al Señor en su momento, junto con el resto de los hijos de Israel?»
8 Y Moisés les respondió:
«Esperen a que el Señor me diga qué hacer en el caso de ustedes.»
9 Y el Señor habló con Moisés, y le dijo:
10 «Habla con los hijos de Israel, y diles: “Cualquiera de ustedes o de sus descendientes, que se encuentre impuro por haber tocado un cadáver, o que se halle lejos, o ausente, celebrará también la pascua del Señor; 11 pero la celebrará el día catorce del mes segundo, entre la tarde y la noche. Comerán la pascua con panes sin levadura y hierbas amargas, 12 sin dejar nada del animal sacrificado para el día siguiente, y sin quebrarle un solo hueso. La celebrarán siguiendo todos los ritos de la pascua. 13 Pero si alguien, estando limpio y sin encontrarse de viaje, deja de celebrar la pascua, será eliminado de entre su pueblo por no haber presentado en su momento la ofrenda del Señor. Esa persona cargará con su pecado.
14 ”Si entre ustedes vive algún extranjero, y celebra la pascua del Señor, deberá celebrarla siguiendo el rito y las leyes de la pascua. Tanto los extranjeros como los nacidos en la tierra celebrarán un mismo rito.”»
La nube sobre el tabernáculo
15 El día que el tabernáculo fue erigido, la nube se posó sobre la tienda del testimonio y cubrió el tabernáculo, y desde la tarde y hasta la mañana siguiente la nube sobre el tabernáculo parecía ser de fuego. 16 Esto era siempre así: De día, la nube cubría el tabernáculo, y de noche lo cubría esa apariencia de fuego. 17 Cuando la nube se levantaba del tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha; cuando la nube se detenía en algún lugar, los hijos de Israel acampaban. 18 A una orden del Señor, los hijos de Israel se ponían en marcha; a otra orden del Señor, acampaban; y mientras la nube permanecía sobre el tabernáculo, ellos permanecían acampados. 19 Si la nube se detenía sobre el tabernáculo mucho tiempo, los hijos de Israel respetaban la orden del Señor y no partían; 20 pero si la nube permanecía poco tiempo sobre el tabernáculo, a una orden del Señor acampaban, y a una orden del Señor partían. 21 Algunas veces la nube se detenía desde la tarde hasta el día siguiente, otras veces la nube se levantaba por la mañana. Cuando se detenía un solo día, o cuando se levantaba por la noche, se ponían en marcha. 22 Podían pasar dos días, un mes, o un año, si la nube permanecía sobre el tabernáculo, los hijos de Israel seguían acampados y no se movían; pero si la nube se levantaba, ellos se ponían en marcha. 23 A una orden del Señor acampaban, y a una orden del Señor se ponían en marcha, siempre siguiendo las órdenes del Señor, tal y como él lo había ordenado por medio de Moisés.
Salmos 51
Plegaria de un pecador
Al músico principal. Salmo de David, cuando Natán el profeta fue a hablar con David por causa de su adulterio con Betsabé.
1 Dios mío,
por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!;
por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones!
2 Lávame más y más de mi maldad;
¡límpiame de mi pecado!
3 Reconozco que he sido rebelde;
¡mi pecado está siempre ante mis ojos!
4 Contra ti, y sólo contra ti, he pecado;
¡ante tus propios ojos he hecho lo malo!
Eso justifica plenamente tu sentencia,
y demuestra que tu juicio es impecable.
5 ¡Mírame! ¡Yo fui formado en la maldad!
¡Mi madre me concibió en pecado!
6 ¡Mírame! Tú amas la verdad en lo íntimo;
¡haz que en lo secreto comprenda tu sabiduría!
7 ¡Purifícame con hisopo, y estaré limpio!
¡Lávame, y estaré más blanco que la nieve!
8 ¡Lléname de gozo y alegría,
y revivirán estos huesos que has abatido!
9 No te fijes ya en mis pecados;
más bien, borra todas mis maldades.
10 Dios mío,
¡crea en mí un corazón limpio!
¡Renueva en mí un espíritu de rectitud!
11 ¡No me despidas de tu presencia,
ni quites de mí tu santo espíritu!
12 ¡Devuélveme el gozo de tu salvación!
¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte!
13 Así instruiré a los pecadores en tus caminos;
así los pecadores se volverán a ti.
14 Dios mío, Dios de mi salvación,
¡líbrame de derramar sangre,
y mi lengua proclamará tu justicia!
15 Abre, Señor, mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
16 Aún si yo te ofreciera sacrificios,
no es eso lo que quieres;
¡no te agradan los holocaustos!
17 Los sacrificios que tú quieres
son el espíritu quebrantado;
tú, Dios mío, no desprecias
al corazón contrito y humillado.
18 Por tu bondad, trata bien a Sión;
¡reconstruye las murallas de Jerusalén!
19 Te agradarás entonces
con los sacrificios que mereces,
con los holocaustos y ofrendas del todo quemadas;
se ofrecerán entonces becerros sobre tu altar.
Hebreos 11
La fe
1 Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve. 2 Gracias a ella, nuestros antepasados fueron reconocidos y aprobados. 3 Por la fe entendemos que Dios creó el universo por medio de su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de lo que no se veía.
4 Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, y por eso fue reconocido como un hombre justo, y Dios aceptó con agrado sus ofrendas. Y aunque Abel está muerto, todavía habla por medio de su fe. 5 Por la fe, Enoc traspuso sin morir el umbral de la muerte, y nunca más se supo de él, porque Dios le hizo cruzar ese umbral; pero antes de cruzarlo, todos reconocieron que él era del agrado de Dios. 6 Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan. 7 Por la fe, con mucho temor Noé construyó el arca para salvar a su familia, cuando Dios le advirtió acerca de cosas que aún no se veían. Fue su fe la que condenó al mundo, y por ella fue hecho heredero de la justicia que viene por medio de la fe.
8 Por la fe, Abrahán obedeció cuando fue llamado, y salió sin saber a dónde iba, y se dirigió al lugar que iba a recibir como herencia. 9 Por la fe, habitó en la tierra prometida como un extraño en tierra extraña, y vivió en tiendas con Isaac y Jacob, quienes eran coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba llegar a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe, Sara misma recibió fuerzas para concebir, aunque era estéril, y dio a luz, aun cuando por su edad se le había pasado el tiempo, porque creyó que era fiel quien le había hecho la promesa. 12 Por eso también, de un solo hombre, que ya estaba casi muerto, llegó a tener una multitud de descendientes, tan numerosos como las estrellas del cielo y tan incontables como la arena que está a la orilla del mar.
13 Por la fe, todos ellos murieron sin haber recibido lo que se les había prometido, y sólo llegaron a ver esto a lo lejos; pero lo creyeron y lo saludaron, pues reconocieron que eran extranjeros y peregrinos en esta tierra. 14 Porque los que dicen esto, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubieran estado pensando en la patria de donde salieron, tiempo tenían para volver. 16 Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse su Dios; al contrario, les ha preparado una ciudad.
17 Por la fe, cuando Abrahán fue puesto a prueba, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo, 18 a pesar de que Dios le había dicho: «Por medio de Isaac te vendrá descendencia». 19 Y es que Abrahán sabía que Dios tiene poder incluso para levantar a los muertos; y en sentido figurado, de entre los muertos lo volvió a recibir. 20 Por la fe, Isaac bendijo a Jacob y a Esaú acerca de las cosas venideras. 21 Por la fe, cuando Jacob murió, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado en la punta de su bastón. 22 Por la fe, cuando José murió, anunció la salida de los hijos de Israel y dio instrucciones en cuanto a qué hacer con sus restos mortales.
23 Por la fe, cuando Moisés nació, sus padres lo escondieron durante tres meses, pues al ver que era un niño muy hermoso no tuvieron miedo del decreto del rey. 24 Por la fe, cuando Moisés ya era adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón, 25 y prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 pues consideró que sufrir el oprobio de Cristo era una riqueza mayor que los tesoros de los egipcios. Y es que su mirada estaba fija en la recompensa. 27 Por la fe salió de Egipto, sin temor a la ira del rey, y se mantuvo firme, como si estuviera viendo al Invisible. 28 Por la fe, celebró la pascua y el rociamiento de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no llegara a tocarlos.
29 Por la fe, pasaron por el Mar Rojo como si pisaran tierra seca; y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, murieron ahogados. 30 Por la fe, cayeron las murallas de Jericó después de rodearlas siete días. 31 Por la fe, la ramera Rajab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías.
32 ¿Y qué más puedo decir? Tiempo me faltaría para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas, 33 que por la fe conquistaron reinos, impartieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de flaqueza, llegaron a ser poderosos en batallas y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. 35 Hubo mujeres que por medio de la resurrección recuperaron a sus muertos. Pero otros fueron atormentados, y no aceptaron ser liberados porque esperaban obtener una mejor resurrección. 36 Otros sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pobres, angustiados y maltratados. 38 Estos hombres, de los que el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
39 Y aunque por medio de la fe todos ellos fueron reconocidos y aprobados, no recibieron lo prometido. 40 Todo esto sucedió para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros, pues Dios había preparado algo mejor para nosotros.