La Biblia en un año
Mayo 8
Números 12, Salmos 54, Santiago 1
Números 12
Murmuraciones contra Moisés
1 Moisés tomó por mujer a una cusita, y por causa de ella María y Aarón murmuraron en contra de Moisés. 2 Dijeron:
«¿Acaso el Señor ha hablado sólo por medio de Moisés? ¿Acaso no ha hablado también por medio de nosotros?»
Y el Señor lo oyó.
3 Moisés era un hombre muy humilde. En toda la tierra no había nadie más humilde que él. 4 El Señor llamó a Moisés, Aarón y María, y a los tres les ordenó ir al tabernáculo de reunión. 5 Allí el Señor descendió en la columna de nube, se detuvo a la entrada del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María. Los dos acudieron, 6 y el Señor les dijo:
«Escúchenme bien. Cuando haya entre ustedes profeta del Señor, yo me apareceré a él en una visión, y le hablaré en sueños. 7 Pero con mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa, no lo hago así, 8 sino que con él hablo cara a cara, claramente y sin misterios. Él puede ver mi apariencia. ¿Por qué se atreven a hablar mal de mi siervo Moisés?»
9 Entonces el Señor se encendió en ira contra ellos, y se fue de allí. 10 Y cuando la nube se apartó del tabernáculo, sucedió que María estaba tan blanca de lepra como la nieve. Al ver Aarón que María estaba leprosa, 11 le dijo a Moisés:
«¡Ay, señor mío! ¡No hagas caer sobre nosotros este pecado! ¡Lo que hemos hecho es una locura! ¡Hemos pecado! 12 ¡Pero no permitas que ella se quede ahora como los abortivos, que al nacer tienen ya medio consumida su carne!»
13 Entonces Moisés clamó al Señor, y le dijo:
«Dios mío, ¡te ruego que la sanes!»
14 Y el Señor le respondió:
«Si su padre le hubiera escupido el rostro, ¿acaso no se quedaría avergonzada durante siete días? ¡Pues déjenla siete días fuera del campamento, y después de eso podrá volver a la congregación!»
15 Y así María fue expulsada del campamento durante siete días, y el pueblo no siguió su marcha hasta que ella se reunió con ellos. 16 Después de eso, el pueblo partió de Jaserot para acampar en el desierto de Parán.
Salmos 54
Plegaria por la protección de Dios
Al músico principal. En Neginot. Masquil de David, cuando los zifeos fueron a decir a Saúl que David estaba escondido en su tierra.
1 Dios mío, ¡sálvame por tu nombre!
¡Defiéndeme con tu poder!
2 Dios mío, ¡escucha mi oración!
¡Presta oído a las palabras de mi boca!
3 Gente extraña se ha levantado contra mí;
gente violenta intenta matarme.
Dios mío, ¡son gente que no te toma en cuenta!
4 Pero tú, mi Dios, eres quien me ayuda;
tú, Señor, eres quien sustenta mi vida.
5 Por tu fidelidad, ¡destrúyelos!
¡Devuélveles el mal a mis enemigos!
6 Yo, Señor, te ofreceré sacrificios voluntarios,
y alabaré tu nombre, porque es bueno alabarte;
7 porque tú me has librado de toda angustia,
y con mis ojos he visto la ruina de mis enemigos.
Santiago 1
Saludo
1 Yo, Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saludo a las doce tribus que están en la dispersión.
La sabiduría que viene de Dios
2 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas. 3 Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia. 4 Pero procuren que la paciencia complete su obra, para que sean perfectos y cabales, sin que les falta nada.
5 Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche. 6 Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro. 7 Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna, 8 pues quienes titubean son inconstantes en todo lo que hacen.
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado; 10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo: 11 en cuanto sale el sol, quemándolo todo con su calor, la hierba se marchita y su flor se cae, con lo que su hermosa apariencia se desvanece. Así también se desvanecerá el rico en todas sus empresas.
Enfrentando las pruebas
12 Dichoso el que hace frente a la tentación; porque, pasada la prueba, se hace acreedor a la corona de vida, la cual Dios ha prometido dar a quienes lo aman. 13 Cuando alguien sea tentado, no diga que ha sido tentado por Dios, porque Dios no tienta a nadie, ni tampoco el mal puede tentar a Dios. 14 Al contrario, cada uno es tentado cuando se deja llevar y seducir por sus propios malos deseos. 15 El fruto de estos malos deseos, una vez concebidos, es el pecado; y el fruto del pecado, una vez cometido, es la muerte.
16 Queridos hermanos míos, no se equivoquen. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. 18 Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación.
Poniendo en práctica la palabra
19 Por eso, amados hermanos míos, todos ustedes deben estar dispuestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse, 20 porque quien se enoja no promueve la justicia de Dios. 21 Así que despójense de toda impureza y de tanta maldad, y reciban con mansedumbre la palabra sembrada, que tiene el poder de salvarlos.
22 Pero pongan en práctica la palabra, y no se limiten sólo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos. 23 El que oye la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira a sí mismo en un espejo: 24 se ve a sí mismo, pero en cuanto se va, se olvida de cómo es. 25 En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta sólo con oírla y olvidarla, sino que la practica, será dichoso en todo lo que haga.
26 Si alguno de ustedes cree ser religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no vale nada. 27 Delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo.