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Mayo14

Números 18, Salmos 60, 1 Pedro 2

AudioCCF Bogotá Norte
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Números 18

La porción de sacerdotes y levitas
1 El Señor le dijo a Aarón:

«Tú y tus hijos, junto con la familia de tu padre, serán los responsables si pecan contra el santuario; pero tú y tus hijos serán los responsables si pecan en su sacerdocio. 2 Diles a tus hermanos de tribu, es decir, a los de la tribu de Leví, tu padre, que se acerquen a ti y se junten contigo, y que te sirvan. Tú y tus hijos servirán delante del tabernáculo del testimonio, 3 y se ocuparán de todo el tabernáculo y de todo lo que tú ordenes, pero ni ellos ni ustedes podrán acercarse a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran. 4 Se unirán a ti para encargarse del tabernáculo de reunión y de todo su servicio, pero ningún extraño debe acercarse a ustedes. 5 Ustedes tendrán a su cargo el cuidado del santuario y el cuidado del altar, para que no vuelva yo a descargar mi ira sobre los hijos de Israel. 6 Como pueden ver, yo el Señor he tomado de entre los hijos de Israel a sus hermanos los levitas. Son un don de mí para ustedes, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de reunión. 7 Pero tú y tus hijos deben tener cuidado de su sacerdocio, y ministrar en todo lo relacionado con el altar y con lo que hay tras el velo. Yo les he dado el don de servir como sacerdotes. Todo extraño que se acerque al santuario, será condenado a muerte.»

8 El Señor le dijo también a Aarón:

«Toma en cuenta que yo te he puesto a cargo de mis ofrendas. Por haber sido ungidos como sacerdotes, a ti y a tus hijos les he dado, como estatuto perpetuo, todo lo que los hijos de Israel me consagren. 9 De las ofrendas que ellos me consagren, serán para ti todas las ofrendas que no sean quemadas, todas las ofrendas de expiación por su pecado, y las de expiación por sus culpas. Tú y tus hijos deberán considerar todo esto como ofrendas muy santas, 10 y deberán comerlas en el santuario. Todo varón entre ustedes podrá comerlas, y deberá considerarlas ofrendas santas.

11 »De las ofrendas de los israelitas, tuyas serán también las ofrendas elevadas y todas las ofrendas mecidas. Yo se las he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas, como estatuto perpetuo. Todos los de tu familia podrán comerlas, si están purificados.

12 »También te he dado las ofrendas que me presenten de su mejor aceite, mosto y trigo, y de sus primicias. 13 Tuyas serán las primicias que me presenten de todo lo que su tierra produzca. Todos los de tu familia podrán comer de ellas, si están purificados.

14 »Tuyo será todo lo que en Israel sea consagrado por voto, 15 y todos los primogénitos que me ofrezcan, tanto de hombres como de animales; pero deberás ver que se pague el rescate tanto de los primogénitos del hombre como de las primeras crías de los animales impuros. 16 El rescate debe pagarse a un mes de su nacimiento y según tu estimación, y será de cinco monedas de diez gramos de plata, según la moneda oficial del santuario.

17 »No podrán ser rescatadas las primeras crías de las vacas, ni de las ovejas ni de las cabras, porque están consagradas a mí. Rociarás su sangre y me la presentarás sobre el altar, y quemarás su grasa, como ofrenda encendida de olor grato. 18 Su carne será para ti, lo mismo que el pecho de la ofrenda mecida y la espaldilla derecha. 19 Todas las ofrendas santas que los hijos de Israel me presenten como ofrendas elevadas serán para ti, y para tus hijos e hijas, como estatuto perpetuo. Es un pacto de sal perpetuo para ti y para tu descendencia delante de mí.»

20 El Señor le dijo también a Aarón:

«Tú no recibirás ningún terreno en propiedad, ni porción alguna, entre los hijos de Israel. Yo soy tu porción y tu propiedad. 21 A los hijos de Leví les he dado como herencia, por su ministerio, todos los diezmos de Israel, ya que ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22 Pero los hijos de Israel no deben acercarse más al tabernáculo de reunión, para que no carguen con ese pecado y mueran. 23 Serán los levitas los que cumplan con el servicio del tabernáculo de reunión, y serán ellos los que carguen con la iniquidad de los hijos de Israel.

»Éste es un estatuto perpetuo para los descendientes de ustedes: los levitas no poseerán ninguna propiedad entre los hijos de Israel, 24 porque a ellos les he dado como herencia los diezmos que los hijos de Israel me presentan como ofrenda. Por eso les he dicho: Entre los hijos de Israel no tendrán ninguna propiedad.»

25 El Señor hablo con Moisés, y le dijo:

26 «Habla con los levitas, y diles: “Cuando ustedes reciban de manos de los hijos de Israel los diezmos que yo les he dado como su herencia, deberán presentarme el diezmo de los diezmos, como ofrenda mecida. 27 Esta ofrenda se les acreditará como ofrenda grano de la era, y como producto del lagar. 28 Así que también ustedes me presentarán una ofrenda de todos los diezmos que reciban de los hijos de Israel. De esos diezmos darán al sacerdote Aarón la ofrenda que me corresponde. 29 Toda ofrenda que consagren para mí debe ser de lo mejor de todos los dones que reciban.” 30 Y diles también: “Cuando ustedes los levitas me ofrezcan lo mejor de los hijos de Israel, se les acreditará como productos de la era y del lagar. 31 Podrán comerlo ustedes y sus familias en cualquier lugar, pues es su remuneración por su ministerio en el tabernáculo de reunión. 32 Si me ofrecen lo mejor, no incurrirán en ningún pecado, no contaminarán las ofrendas santas de los hijos de Israel, y tampoco morirán.”»

Salmos 60

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo

Al músico principal. Sobre «Lirios». Testimonio. Mictam didáctico de David, de cuando estuvo en guerra contra Aram Naharayin y contra Aram de Soba, y Joab volvió y derrotó a doce mil edomitas en el valle de la Sal.

1 Dios nuestro, tú nos has desechado;
en tu enojo, nos has dejado sin defensas.
¡Vuélvete ahora a nosotros!
2 Hiciste que temblara, y hendiste la tierra;
¡rellena sus fisuras, porque se desmorona!
3 Has hecho que tu pueblo presencie el desastre;
nos has hecho beber un vino que aturde.
4 Has dado a tus fieles la señal de retirada
para que se libren de las flechas enemigas.

5 ¡Sálvanos con tu diestra! ¡Respóndenos!
¡Así se salvará tu pueblo amado!

6 En su santuario, Dios ha sentenciado:
«Con gran alegría fraccionaré Siquén
y dividiré en parcelas el valle de Sucot.
7 Galaad y Manasés me pertenecen,
Efraín es un yelmo en mi cabeza,
y Judá es un cetro en mi mano.
8 Moab es la vasija en que me lavo,
sobre Edom arrojaré mis sandalias,
y sobre Filistea proclamaré mi victoria.»

9 ¿Y quién me dará entrada en Edom?
¿Quién me hará entrar en esa ciudad amurallada?
10 ¿No eres tú, mi Dios, quien nos ha desechado?
¿No eres tú quien ya no sale con nuestros ejércitos?
11 Bríndanos tu apoyo contra el enemigo,
pues vana resulta la ayuda de los hombres.

12 Por ti, Dios nuestro, haremos proezas;
¡tú harás morder el polvo a nuestros enemigos!

1 Pedro 2

1Por lo tanto, desechen toda clase de maldad, todo engaño e hipocresía, envidias y toda clase de calumnia. 2 Busquen, como los niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por medio de ella crezcan y sean salvos, 3 si es que han probado ya la bondad del Señor.

La piedra viva

4 Acérquense a él, a la piedra viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y preciosa. 5 Y ustedes también, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepte por medio de Jesucristo. 6 Por eso dice la Escritura:

«¡Miren! Yo pongo en Sión
la principal piedra angular, escogida y preciosa;
y el que crea en ella no será avergonzado.»

7 Para ustedes, los que creen, él es de gran valor; pero para los que no creen:

«La piedra que desecharon los edificadores
ha llegado a ser la piedra angular»,

8 y también:

«Una piedra de tropiezo,
y una roca que hace tropezar.»

Porque al ser desobedientes, ellos tropiezan en la palabra, para lo cual estaban ya destinados.

El pueblo de Dios

9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Antes, ustedes no eran un pueblo; ¡pero ahora son el pueblo de Dios!; antes no habían sido compadecidos, pero ahora ya han sido compadecidos.

Vivan como siervos de Dios
11 Amados hermanos, como si ustedes fueran extranjeros y peregrinos, les ruego que se aparten de los deseos pecaminosos que batallan contra el alma. 12 Mantengan una buena conducta entre los no creyentes para que, aunque los acusen de malhechores, al ver las buenas obras de ustedes glorifiquen a Dios el día que él nos visite.

13 Por causa del Señor, muéstrense respetuosos de toda institución humana, se trate del rey, porque es el que gobierna, 14 o de sus gobernadores, porque el rey los ha enviado para castigar a los malhechores y para elogiar a los que hacen el bien. 15 La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata. 16 Hagan uso de su libertad, pero no la usen como pretexto para hacer lo malo, sino para servir a Dios. 17 Respeten a todos. Amen a los hermanos. Teman a Dios y respeten al rey.

18 Ustedes los criados, muéstrense respetuosos con sus amos; no sólo con los que son buenos e indulgentes, sino también con los que son difíciles de sobrellevar. 19 El soportar sufrimientos injustos es digno de elogio, si quien los soporta lo hace por motivos de conciencia delante de Dios. 20 Porque ¿qué mérito hay en soportar malos tratos por hacer algo malo? Pero cuando se sufre por hacer el bien y se aguanta el castigo, entonces sí es meritorio ante Dios. 21 Y ustedes fueron llamados para esto. Porque también Cristo sufrió por nosotros, con lo que nos dio un ejemplo para que sigamos sus pasos. 22 Cristo no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca. 23 Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando sufría, no amenazaba, sino que remitía su causa al que juzga con justicia. 24 Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados. 25 Porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora se han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.

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