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Mayo29

Números 33, Salmos 75, Apocalipsis 1

AudioCCF Bogotá Norte
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Números 33

De Egipto a Edom

1 Éstas son las etapas de los hijos de Israel desde que salieron de Egipto en orden de batalla, bajo el mando de Moisés y Aarón. 2 Por órdenes del Señor, Moisés iba anotando cada etapa y cada lugar al que llegaban. Éstas son sus etapas, en el orden en que fueron avanzando:

3 A los quince días del mes primero los hijos de Israel partieron de Ramesés. Se pusieron en marcha un día después de la pascua, y lo hicieron con gran poder, a la vista de todos los egipcios, 4 mientras los egipcios enterraban a todos sus primogénitos, pues el Señor los había herido de muerte y, además, había dictado sentencia en contra de los dioses egipcios.

5 Los hijos de Israel partieron de Ramesés y acamparon en Sucot. 6 Partieron de Sucot y acamparon en Etam, que está en los extremos del desierto. 7 Partieron de Etam y se dirigieron a Pi Ajirot, que está frente a Baal Sefón, y acamparon frente a Migdol. 8 Partieron de Pi Ajirot y cruzaron el mar en dirección al desierto, y durante tres días anduvieron por el desierto de Etam, después de los cuales acamparon en Mará. 9 Partieron de Mará y llegaron a Elim, donde había doce manantiales y setenta palmeras, y acamparon allí. 10 Partieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo. 11 Partieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin. 12 Partieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca. 13 Partieron de Dofca y acamparon en Alús. 14 Partieron de Alús y acamparon en Refidín, donde el pueblo no tenía agua para beber. 15 Partieron de Refidín y acamparon en el desierto de Sinaí. 16 Partieron del desierto de Sinaí y acamparon en Quibrot Hatavá. 17 Partieron de Quibrot Hatavá y acamparon en Jaserot. 18 Partieron de Jaserot y acamparon en Ritma. 19 Partieron de Ritma y acamparon en Rimón Peres. 20 Partieron de Rimón Peres y acamparon en Libna. 21 Partieron de Libna y acamparon en Rissa. 22 Partieron de Rissa y acamparon en Quelatá. 23 Partieron de Quelatá y acamparon en el monte de Sefer. 24 Partieron del monte de Sefer y acamparon en Jaradá. 25 Partieron de Jaradá y acamparon en Macelot. 26 Partieron de Macelot y acamparon en Tajat. 27 Partieron de Tajat y acamparon en Teraj. 28 Partieron de Teraj y acamparon en Mitca. 29 Partieron de Mitca y acamparon en Jasmoná. 30 Partieron de Jasmoná y acamparon en Moserot. 31 Partieron de Moserot y acamparon en Bené Yacán. 32 Partieron de Bené Yacán y acamparon en el monte de Gidgad. 33 Partieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata. 34 Partieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35 Partieron de Abrona y acamparon en Ezión Guéber. 36 Partieron de Ezión Guéber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades. 37 Y partieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en los extremos del país de Edom.

38 El sacerdote Aarón subió al monte Hor y, tal y como el Señor lo había dicho, allí murió. Era el día primero del mes quinto, cuarenta años después de que los hijos de Israel salieron de Egipto. 39 Aarón murió en el monte Hor, a la edad de ciento veintitrés años.

40 El rey cananeo de Arad, que habitaba en el desierto de Canaán, supo que los hijos de Israel habían llegado.

41 Los israelitas partieron del monte Hor y acamparon en Salmoná. 42 Partieron de Salmoná y acamparon en Punón. 43 Partieron de Punón y acamparon en Obot. 44 Partieron de Obot y acamparon en Iyé Abarín, en la frontera de Moab. 45 Partieron de Iyé Abarín y acamparon en Dibón Gad. 46 Partieron de Dibón Gad y acamparon en Almón Diblatayin. 47 Partieron de Almón Diblatayin y acamparon en los montes de Abarín, frente a Nebo. 48 Partieron de los montes de Abarín y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 49 Finalmente, acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, desde Bet Yesimot hasta Abel Sitín.

Condiciones para ocupar Canaán

50 El Señor habló con Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán y frente a Jericó. Le dijo:

51 «Habla con los hijos de Israel, y diles: “Cuando ustedes hayan cruzado el Jordán y entren en la tierra de Canaán, 52 deben desalojar de su presencia a todos los habitantes del país. Destruirán todos sus ídolos de piedra, todas sus imágenes fundidas, y todos sus lugares altos; 53 expulsarán a los que habitan la tierra, y habitarán en ella, porque yo se la he dado a ustedes en propiedad. 54 Y ustedes tomarán posesión de la tierra mediante un sorteo por familias. A los muchos se les dará en posesión mucho terreno, y a los pocos se les dará menos terreno. Dependiendo del terreno que les toque en suerte, allí se quedará cada uno. Tomarán posesión según las tribus de sus padres. 55 Si ustedes no echan fuera de su presencia a los habitantes del país, va a suceder que los que ustedes dejen les serán aguijones en los ojos y espinas en los costados, y los afligirán en la tierra donde ustedes habiten. 56 Además, yo los trataré a ustedes como pensaba tratarlos a ellos.”»

Salmos 75

Exaltación del justo y humillación del malvado
Al músico principal. Sobre «No destruyas». Salmo de Asaf. Cántico.

1 Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos,
porque tu nombre está cerca de nosotros.
¡Todos hablan de tus hechos portentosos!

2 «En el momento en que yo decida,
habré de juzgar con rectitud.
3 Aunque la tierra y sus habitantes se estremezcan,
Yo sostengo sus columnas.
4 A los insensatos les digo: “No sean arrogantes”,
y a los impíos: “No sean orgullosos;
5 no hagan alarde de su poder;
no levanten tanto la nariz.”
6 El juicio no viene del este ni del oeste,
ni del desierto ni de las montañas:
7 El juicio proviene de mí, que soy Dios.
A unos humillo, y a otros enaltezco.
8 Ya el cáliz del juicio está en mi mano;
ya el vino mezclado se ha fermentado,
y yo, el Señor, estoy por derramarlo;
¡todos los impíos de la tierra lo beberán hasta el fondo!»

9 Yo siempre hablaré de ti,
te cantaré salmos, Dios de Jacob.
10 Tú deshaces todo el poder de los pecadores,
pero exaltas la fuerza de los hombres justos.

Apocalipsis 1

La revelación de Jesucristo

1 Esta revelación Dios se la dio a Jesucristo para que mostrara a sus siervos lo que pronto tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel y se la dio a conocer a su siervo Juan, 2 y éste da fe de todo lo que ha visto, y de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. 3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y observan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca.

Saludos a las siete iglesias

4 Yo, Juan, me dirijo a las siete iglesias que están en Asia. Que la gracia y la paz estén con ustedes, de parte del que es, el que era, y el que ha de venir, y de los siete espíritus que están ante su trono, 5 y de Jesucristo, el testigo fiel, primogénito de entre los muertos y soberano de los reyes de la tierra. Él nos amó; con su sangre nos lavó de nuestros pecados, 6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre. Por eso, a él sea dada la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. 7 ¡Miren! ¡Ya viene en las nubes! Y todos lo verán, aun los que lo traspasaron; y todas las naciones de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

8 Dios el Señor dice: «Yo soy el Alfa y la Omega, [el principio y el fin,][a] el que es, el que era, y el que ha de venir. Soy el Todopoderoso.»

Una visión del Hijo del Hombre

9 Yo, Juan, soy hermano de ustedes y participo con ustedes en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo. Por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo estaba yo en la isla de Patmos. 10 En el día del Señor quedé bajo el poder del Espíritu, y detrás de mí oí una fuerte voz, parecida al sonido de una trompeta, 11 que decía: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a estas siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.»

12 Yo volví la mirada para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme vi siete candeleros de oro; 13 en medio de los siete candeleros vi a alguien, semejante al Hijo del Hombre, que vestía un ropaje que le llegaba hasta los pies, y que llevaba un cinto de oro a la altura del pecho. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como lana. Parecían de nieve. Sus ojos chispeaban como una llama de fuego. 15 Sus pies eran semejantes al bronce pulido, y brillaban como en un horno; su voz resonaba como el estruendo de un poderoso caudal de agua; 16 en su mano derecha llevaba siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de doble filo; su rostro era radiante, como el sol en todo su esplendor.

17 Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No temas. Yo soy el primero y el último, 18 y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre. Amén. Yo tengo las llaves de la muerte y del infierno. 19 Escribe esto que has visto, y lo que ahora sucede, y lo que va a suceder después de esto. 20 Éste es el significado de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.

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